Fuente: www.laborum.cl
Todos tenemos un mal día en el trabajo. Incluso una o varias semanas difíciles. Pero si resulta imposible recordar cuándo fue la última vez que hubo interés o satisfacción laboral, quizá sea momento de decir ¡adiós!
Pero antes de presentarse a Recursos Humanos para renunciar, hay que descifrar “¿por qué quiero dejar un proyecto?”. No es lo mismo alejarse del empleo por lo que sucede en la empresa, a hacerlo por lo que ha acontecido a nivel personal. Responder esto es importante pues determina cómo llegaremos a un siguiente proyecto.
Sonia Ramírez, por ejemplo, dejó su trabajo por una pésima relación con su superior. Lo que la mercadóloga hizo es común: entre 35 y 40% de las salidas laborales tienen su origen en una mala gestión. Sin embargo en esta renuncia estamos atendiendo los síntomas (un mal jefe), no la enfermedad. Atender el padecimiento implicaría identificar – y responder- en qué basas tus expectativas de trabajo y por qué no se están cumpliendo.
Lejos de sugerir no actuar frente a un mal estilo de liderazgo, la propuesta es que ante la ‘punzada’ de renuncia bases la decisión en varias respuestas, como por ejemplo:
– ¿Qué tipo de crecimiento, y no necesariamente entendido esto como promoción, es el que deseo? – ¿Puedo obtener eso en este lugar, en otra área? – ¿Mi deseo de cambio es porque quiero reinventar lo que sé, para enfocarme a algo que disfruto más o porque no me han dado la jefatura y sólo falto yo- entre mis amigos- para llegar a ese puesto? – ¿Soy o he sido director y ahora me interesa poner a prueba lo que sé en otras estructuras y sé que eso nunca pasará donde estoy?
Parece que son preguntas obvias. Sin embargo, de su clara respuesta depende una renuncia y un cambio sustentado, con vías a que en serio cumplas lo que tienes en mente en lo profesional.
Sorprendería saber que las razones por las que se deja un proyecto pocas veces se enfoca en entender cuál es el plan que se tiene para desarrollar cierta trayectoria. Por ejemplo, 10% de los colaboradores confiesa haber renunciado tras percatarse “que ese nunca fue un lugar para crecer”. Reuniones con ex compañeros, una sobreoferta para ciertas posiciones, y desapegarse de la vida en oficina por emprender, son otras razones recurrentes para renunciar, según estudios de la firma Corporate Leadership Council.
Me voy porque…
Al poner la lupa sobre las razones que hacen perder el encanto sobre un trabajo, 62% de los trabajadores señala que si no hay posibilidad de crecimiento se fijaría en otro empleador. No “ser retado” con nuevos desafíos impulsaría a esa decisión a un 17% de profesionistas. No conseguir avances en cuestión salarial y el ambiente laboral también los hace desertar y buscar otra oferta, de acuerdo con encuestas realizadas por Laborum.
Tal vez alguna de estas razones hagan sentido con tu deseo de plantarte frente al jefe y decir ¡me voy! A continuación, mostramos algunos de los escenarios que, con mayor frecuencia, generan la renuncia. Pero antes de dar el paso, recuerda responderte qué esperas conseguir, a dónde cambiarías y por qué y cuánto tiempo llevaría alcanzar una nueva meta.
1-El estilo de gestión es ‘insufrible’.
No descubro el hilo negro, el tipo de relación entablada con el superior y los compañeros es detonante de renuncia. Un análisis de Gallup registró que los colaboradores que carecen de una adecuada dirección y retroalimentación de su jefe son 50% menos productivos y 44% menos rentables. ¿Vives esta situación? Valora y plantea la posibilidad de transitar a otro proyecto, en esa empresa. ¿Probaste el plan de conocer el estilo de comunicar y de gestionar del jefe, y nada? Entonces valdría ver otras opciones, pero teniendo claro que problemas y modelos de gestión ineficientes, los hay en todas partes, y puedes entrenarte en identificarlos y saber cómo actuar.
2-Opciones de crecimiento limitadas.
Cuando el desafío en lo laboral está ‘muerto’, es un detonante importante para decir adiós al actual empleo. El aburrimiento laboral es una situación que, sin excepción, se presenta, porque llega un momento que el colaborador domina sus funciones. Si esa sensación de ‘no tengo más nada que hacer o explorar aquí’, es prolongada, es una advertencia de renuncia. Una opción es comunicarlo al jefe y valorar nuevos proyectos, aunque no hay garantía de obtener una respuesta positiva. Dependerá de ti auto transformarte en ese u otro lugar.
3-Vives pensando cómo sería la vida fuera.
Si la mayor parte del tiempo el pensamiento se orienta a cómo serían las cosas si hiciera esta actividad en otro lugar, o podría estar haciendo lo que me gusta en vez de invertir tiempo en esto, aquí hay señales de renuncia. La pregunta es si estás listo en recursos, contactos, ahorros, etcétera, para iniciar en otro proyecto laboral.
4-Demostrar… sin ser visto.
Es común escuchar en un colaborador que hizo todo lo posible por demostrar sus habilidades y no lo toman en cuenta. Si tras analizar los resultados conseguidos en el puesto, tener comentarios positivos de otras áreas, y demostrar que sabes gestionar responsabilidades no eres escuchado por el jefe, es momento de conseguir otro trabajo. Sólo asegura preparar el cambio con cierta anticipación.