Fuente: http://www.laborum.cl
El sueldo es un ítem que uno siempre quisiera ver mejorar. Una aspiración que a menudo nos lleva a mirar alternativas laborales o a estar dispuestos a escuchar cuando se recibe una oferta de trabajo, frente a la posibilidad de que se traduzca en un mayor ingreso.
Pero el último año no ha sido de los mejores en términos económicos para Latinoamérica y cambiarse de trabajo muchos lo sienten como algo aventurado. Sin embargo, los buenos trabajadores siempre estarán en condiciones de pensar en obtener una mejor remuneración, sobre la base de sus buenos indicadores de desempeño. Y por otro lado, los períodos más complicados pueden convertirse en una oportunidad para quien sea talentoso, puesto que los empleadores necesitan gente eficiente y productiva, y los buenos empleados tienden a ser más demandados.
Ahora bien, si realmente quieres elevar tu renta, es importante seguir una estrategia que ayude a que este deseo se materialice. En ese sentido, un primer consejo es: por favor, evita argumentar que la plata no te alcanza.
Las razones deben fundarse en las cualidades como empleado y no en situaciones presupuestarias que, en definitiva, son problemas individuales. Para eso se puede recurrir a algún as bajo la manga; o sea, factores que fortalecen tu posición negociadora.
Uno de ellos es poseer una oferta de trabajo real, lo que incrementa las posibilidades de conseguir un aumento por parte de tu empleador actual. En este caso, hay que acercarse al jefe para contarle que llegó una alternativa laboral muy interesante, pero como estás muy contento en la empresa, quieres que evalúe nuevas condiciones económicas para ti. Cuando te las entregue, pide un par de días para analizarlas, tras lo cual solicita otra reunión y pregunta si es factible que la empresa mejore esa oferta, y es entonces cuando deberías revisar si la respuesta es comparable con la oferta y decidir.
Este tipo de escenarios es lo que vuelve relevante el estar siempre disponibles para prestar atención a los ofrecimientos que nos puedan llegar.
Otro tips pueden ser:
-Manejar información, porque esto permite acudir con fundamentos a una reunión cuyo fin sea un aumento salarial. Hay que averiguar cuánto ganan las personas que se desempeñan en cargos similares de organizaciones con características semejantes. Este es el mejor ejercicio para saber si nuestra remuneración está en el promedio del mercado. Igualmente es deseable comparar los beneficios nos entregan con los que ofrecen otras empresas. -Quien tenga la expectativa de mejorar su compensación debe investigar a fondo la situación económica tanto global como local, y el escenario particular que esté viviendo el sector donde se desenvuelve su organización. -Realizar una autoevaluación de tu desempeño, para tener claro si has cumplido las metas, o las sobrepasaste. De este modo se está en condiciones de hacer ver a la compañía el aporte efectuado en favor de su crecimiento, de manera que el empleador aprecie la solicitud de reajuste como una medida justa. -Es importante respetar las jerarquías; es decir, dirigirse al jefe directo para conversar el tema en una primera instancia, aunque la decisión no esté en sus manos. Tu jefe siempre será consultado antes de que la empresa adopte la resolución final, y es bueno que sienta que no pasaste sobre él para tratar esta materia. -Intentar cuantificar tu aporte a los resultados de la empresa durante los años en que te hayas desempeñado allí, y hacer una comparación con los logros alcanzados en otras áreas.
En todo caso, las organizaciones con políticas de recursos humanos modernas suelen anticiparse al tema de los aumentos de sueldo, para lo cual diseñan sistemas que asocian la remuneración a una escala de sueldos que, a su vez, depende del tipo de cargo que una persona desempeña. Esto se relaciona con planes de desarrollo de carrera, lo que en definitiva apunta a la retención del talento. Por ende, en ese tipo de compañías no es necesario pedir aumentos.
No obstante, la mayoría de las empresas no han avanzado hacia un manejo que establezca marcos de referencia de ese tipo, por lo que no queda más que seguir recurriendo a la tradición. Y una manera de hacerlo es tener a mano buenos argumentos, ojalá sobre la base de factores que se puedan medir.